Intentando ser buen padre me percato que una madre es irremplazable. Que no pese al esfuerzo, no podre cubrir ese hueco. Que no importa el afecto, la ternura y dulzura que pueda brindar no lograre ser mujer. En el intento me encuentro con la imposibilidad de pensar como mujer, y a la vez determino que para ser buen padre necesito intentar, pensar como tal. En dicho reto sigo obteniendo fuerzas para infaliblemente llegar a la meta. En la carrera varias preguntas vienen a mi mente, ¿como una madre puede hacer tantas cosas a la vez? o ¿cómo le hacen para no olvidar nada? En dicho camino me entere que la mente de una madre no piensa igual que la de un padre, solo entonces descubrí o logre entender porque le dieron la tarea de parir a ellas y nosotros solo engendramos. Su cuerpo y mente están hechos para esta labor. Por ende descubrí que para ser buen padre debo encontrar mi lado femenino. Lado que ni siendo gay lograra ser igual.
Que existen cosas que un padre no puede cubrir, la diferencia en pensamientos hombre mujer son demasiado lejanos. Por ejemplo, lo que una madre podría llamar un regaño fuerte, nosotros le llamamos educación. Lo que podrían llamar comida chatarra, nosotros tan solo le llamaríamos comida.
Hoy levanto con ganas de ser más mujer. Así que voy al baño me lavo, cepillo los dientes con navaja en mano me afeito la barba, me pongo pantalones y botas, sutilmente despierto mi cría con el más dulce de los besos, le brindo un gran abrazo y con tono dulce le digo, te amo. Dejándole saber que papi, siempre estará a su lado, aunque nunca por más sutileza que ofrezca lograre ser mujer.
No importa cuán difícil sea esta tarea la realizare con amor.
Hijo, nunca lograre ser mujer, ni pretendo cubrir el hueco de tu madre, tan solo pondré todo mi esfuerzo y amor para lograr ser un buen padre con la ayuda de Dios. Te amo mi principito.
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