MALTRATO
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En esta investigación sobre el maltrato en relaciones heterosexuales, para la realización de un ensayo reflexivo e investigativo, se resaltan las siguientes interrogantes: ¿por qué surge el maltrato? ¿tiene este que ver con algún trastorno mental o psicológico? ¿con qué está relacionado?, ¿cómo responden las personas maltratadas y cómo evitar o salir de este círculo vicioso? Cabe señalar que la tasa de maltrato ha incrementado en un ocho porciento (8%) mundialmente desde el 2002 al presente, según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.).
“Tradicionalmente se ha visto que el maltrato es la acción violenta que ejerce un miembro de la pareja sobre otro. Desde una perspectiva psicológica divulgativa, el maltrato es la vulneración de los derechos del cónyuge.” La forma puede ser agresiva o sutil y generalmente tiene un fin, obtener algún tipo de refuerzo como el mero placer de someter en los casos más graves. Esta vulneración no siempre es consciente y puede adoptar estilos aprobados socialmente. La mujer en la cocina y el hombre en la calle. Cuantas madres y padres han educado en a sus hijas para que sigan esta misma conducta y de esta manera someterse a ello sin considerar la posibilidad de la colaboración de ambos miembros.
El maltrato conyugal se ha convertido en cosa común, no tan sólo en nuestro país sino en todo el mundo. En Puerto Rico la tasa de muertes por violencia doméstica ha ido en aumento en los últimos años. Las causas las intentaremos descifrar en esta investigación, con datos provistos por la O.M.S. de investigaciones hechas en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá.
Muchos de los casos de maltrato terminan en asesinatos. Aunque el maltrato conyugal se puede ver de ambas partes, por lo regular el maltrato a la mujer es el más conocido.
Varios estudios han intentado identificar si ciertos factores o trastornos de la personalidad están vinculados sistemáticamente con la violencia contra la pareja. Estudios efectuados en el Canadá y los Estados Unidos revelan que los hombres que agreden a sus esposas es más probable que sean emocionalmente dependientes e inseguros, tengan poca autoestima, y es más probable que tengan dificultades para controlar sus impulsos. Comparados con sus pares no violentos, también tienden a manifestar más ira, hostilidad, depresión y a sacar puntuaciones altas en ciertas escalas de trastornos de la personalidad, incluidos los trastornos de personalidad antisocial, agresiva y limítrofe. Aunque las tasas de trastornos psicopatológicos por lo general son mayores en los hombres que maltratan a sus esposas, no todos los hombres que infligen malos tratos físicos presentan tales trastornos psicológicos. La proporción de las agresiones por la pareja vinculadas con trastornos psicopatológicos suele ser relativamente baja en entornos donde este tipo de violencia es común.
Tal como implemento en sus teorías Sigmund Freud, sobre el comportamiento adulto en base a su niñez podemos descifrar su realidad en casos mal tratantes. “Los hijos que presencian la violencia matrimonial presentan mayor riesgo de sufrir una amplia gama de problemas emocionales y de conducta, entre ellos ansiedad, depresión, mal rendimiento escolar, poca autoestima, desobediencia, pesadillas y quejas sobre la salud física.” En efecto, estudios realizados en los Estados Unidos y el Canadá indican que los hijos que presencian episodios violentos entre sus padres presentan con frecuencia muchos de los mismos trastornos conductuales y psicológicos de los niños que son maltratados directamente. Datos recientes indican que la violencia también puede afectar directa o indirectamente a la mortalidad en la niñez.
Los datos de una gama amplia de países indican que la violencia en la pareja es la causa de un número significativo de muertes por asesinato entre las mujeres. Estudios efectuados en Australia, Canadá, Estados Unidos, Israel y Sudáfrica revelan que en 40% a 70% de los asesinatos de mujeres las víctimas fueron muertas por su esposo o novio, a menudo en el contexto de una relación de maltrato constante. Esto contrasta notablemente con la situación de las víctimas masculinas de asesinato. En los Estados Unidos, por ejemplo, sólo 4% de los hombres asesinados entre 1976 y 1996 fueron muertos por su esposa, ex esposa o novia. En Australia, entre 1989 y 1996, la cifra fue de 8.6%. (Página 101)
Estudios realizados en el Canadá y los Estados Unidos han revelado que las mujeres tienen muchas más probabilidades de resultar lastimadas durante las agresiones de la pareja y sufren formas más graves de violencia. En el Canadá, las víctimas femeninas de la violencia conyugal tienen tres veces más probabilidades de resultar lastimadas, cinco veces más de recibir atención médica y cinco veces más de temer por sus vidas, por comparación con las víctimas masculinas. En los casos de violencia perpetrada por las mujeres, lo más probable es que sea en defensa propia. (Página 102)
Como se ha podido captar, en lo anterior lo más notable es la violencia física contra la mujer (llamado sexo débil) que contra el hombre. Aunque en muchas relaciones el hombre también es maltratado física o psicológicamente es menos mencionado o delatado a los medios correspondientes. Quizás por el llamado machismo, el cual sigue teniendo características y rasgos fuertes en nuestra cultura. Machismo que ha llevado a la inadecuada idea del maltrato a la mujer.
Inclusive aún en la era donde vivimos, donde la mujer cubre un rol tan importante en la clase trabajadora como en el hogar, es increíble pensar que sucedan estas situaciones. Existen países donde el simple hecho de nacer mujer sinónimo de infelicidad. Países como Japón donde la mujer es una carga para la familia. Al extremo que prefieren echarlas al río al nacer o quizás Pakistán, donde la mujer es un objeto desde el momento en que nacen. En otros como Egipto, las mujeres piensan que si hacen algo malo, cometen un error o simplemente no desean tener sexo con su esposo deben ser castigadas pues para complacer y servir nació. ¿En qué parte de todo esto se perdieron los valores humanos? ¿Dónde? No lo sé, pero se perdió el valor al ser creado para dar vida.
En nuestro entorno caribeño decir violencia doméstica (llamado comúnmente en Puerto Rico Ley 54) es más común de lo que pensamos. Es como decir que infligieron una multa por exceso de velocidad, así de común se ha hecho esta ley para nuestros labios y oídos.
Las mujeres y hombres maltratados crean una codependencia con su maltratante. De forma tal que salir de ese círculo vicioso se torna difícil. Más que tomar una decisión se convierte en un proceso. Este proceso incluye periodos de negación, culpa, aceptación y grandes sufrimientos antes de que se termine por reconocer que existe maltrato. Lamentablemente romper con una relación de maltrato no garantiza 100% la seguridad de la víctima. La violencia en ocasiones continúa, inclusive puede aumentar. De hecho muchas de las muertes de personas que huyen del maltrato han sido luego de una separación.
Y aún nos preguntamos cómo una persona maltratada puede seguir soportando dicha tortura. Claro muchos decimos esto por la simple razón de que vemos el problema desde afuera. De esta manera es fácil decir cosas como “yo me hubiera ido”, “no soportaría algo así”, entre tantas otras. La realidad es que las personas maltratadas adoptan una mentalidad diferente a las personas que no pasan por estos episodios. Y lo cual conllevaría ayuda psicológica para una mejor aceptación de la realidad y por ende una mejor salud mental.
Las personas víctimas de maltrato crean estrategias activas para aumentar al máximo su seguridad. Otras simplemente intentan “llevar la fiesta en paz”, cediendo a las exigencias del maltratante. En muchas ocasiones estas personas permanecen en la relación por diversas razones. Entre ellas el temor al castigo físico, la carencia de medios alternativos de apoyo, preocupación por los hijos, dependencia emocional, la falta de apoyo de familia y amigos. Por supuesto, la constante idea de que el/la maltratante cambie radicalmente para el bien de ambos es otra de las posibles razones.
Existen factores que pueden ayudar a determinar una persona maltratante como lo es la pobreza. Esta aumenta el riesgo de violencia: si es debido a los ingresos bajos en sí o a otros factores acompañantes, como el hacinamienteo o la desesperanza. Para algunos hombres, vivir en la pobreza con toda probabilidad genera estrés, frustración y un sentido de ineficacia por no haber logrado cumplir con su papel culturalmente esperado de proveedores de sus familias.
Según el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud en la página indica que existen estudios efectuados en Canadá y los Estados Unidos revelan que los hombres que agreden a sus esposas es más probable que sean emocionalmente dependientes e inseguros y tengan poca autoestima, y es más probable que tengan dificultades para controlar sus impulsos.
El antecedente de haber sido víctimas de la violencia pone a las mujeres en mayor riesgo de:
· depresión;
· intentos de suicidio;
· síndrome de dolor crónico;
· trastornos psicosomáticos;
· lesiones físicas;
· trastornos del aparato digestivo;
· síndrome del colon irritable;
· diversas consecuencias para la salud reproductiva.
Es preciso entender que para una buena relación de pareja deben existir componentes básicos en esta, como lo son comprensión, dialogo, respeto, entre otras. Aun existen personas que logran soportar el maltrato como lo son los celos obsesivos, insultos, restricciones severas, infidelidad y hasta golpes. Teniendo la idea de que la persona maltratante cambiara radicalmente logrando ser una mejor persona. O peor aun, el decir que sigue con esta persona por que le ama sin tener idea de que en realidad significa esta palabra. Pues el amor es una acción que se realiza apoyando, ayudando en pocas palabras desviviéndote por otra persona. Por ende si amor es desvivirte cariñosamente por que maltratar y menos ser maltratado. Muchas personas piensan que aman y solo están enamorados, con un apego ya sea seguro o ansioso. Todos los apegos son malos, todos somos libres no nacimos junto a nadie, para que aferrarte a alguien maltratante. Si le amas, ámate más tú.
Para dar por concluido este ensayo, en el cual se pudo detectar que el abuso de pareja se ha visto mas inclinado hacia la mujer. Y que en ocasiones estas se pueden llegar acostumbrar a este por diferentes razones. Que el maltrato psicológico es uno de los más comunes y menos divulgados y ayudados. A la vez en los estudios realizados se llego a la conclusión que la sociedad, pobreza, machismo, problemas mentales y trastornos de personalidad son posibles causas de maltratantes y que estos podrían ser detectados antes de llegar a una convivencia.
NO AL MALTRATO
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